20 noviembre 2010

¿final?

Inacabado... Dándole crédito a Gaudí, nunca dejó su sueño, pero no es así como suele ser. Quiero decir, normalmente no es un bus que corra tanto que evita que la iglesia-café, puntiaguda y rara sea construida. La mayor parte del tiempo es demasiado difícil, o demasiado caro, o demasiado peligroso. Es sólo que una vez que te has detenido te das cuenta lo difícil que es volver a empezar, así que te fuerzas a no quererlo. Pero siempre está ahí y hasta que lo termines siempre estará...

22 septiembre 2010

...y los sueños, sueños son...

Desgaste...desgaste...Quiero dormir y no quiero soñar...en la misma noche, la misma habitación, la misma música de fondo, esas palabras de nuevo, y esos silencios, las voces y las risas a lo lejos en otro mundo aparte. Y más silencios, entre miradas perdidas por miedo a encontrarse (y algún que otro suspiro).

No estoy ahí, estoy en otro lado y, como siempre, parece que la esquivo. Son demasiados grados a la sombra los que diluyen la tinta entre mis labios, y de mi pluma, las palabras huyen diligentes llevándome al abismo. El tiempo pasa y yo lo siento sólo como una brisa que me golpea suave en la mejilla. Si amontonara todos los versos nunca escritos, no impediría ver caer la luna, y yo con ella al ver salir el sol. Así, con las primeras luces, voy y le doy las buenas noches, pues no hablo yo, sinó otras voces que siempre se despiden. Nos movemos a otra alcoba, cada cual bajo su abrigo, no hay tres metros que digan aquí estoy, pero me duermo y vuelvo a despertar.

De nuevo en el mundo real, lejos de lo que no sucedió, sueños que recuerdan pesadillas... Por eso decidí dejar de dormir y de soñar, para impedir que los sueños me acosen por las noches y despierte con anhelo de otros tiempos, otros lugares y otras personas. Es probable que nadie más recuerde esa noche como yo, pero cada vez que sueño ya lo recuerdo por todos.

12 septiembre 2010

Esto es amor-Lope de Vega

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
aspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien, centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño

creer que un cielo en un infierno cabe
dar la vida y el alma a un desengaño,
Esto es Amor; quien lo probó, lo sabe.


Lope de Vega

P.S.: Catorce versos son soneto

15 agosto 2010

Un segundo antes

Y justo antes de marcharme encontré un cabello tuyo en mi sofá. Lo recogí y lo dejé sobre la mesa, me quedé mirándolo y comprendí que todo va más allá de un simple sí o un no. Después lo tiré al suelo y barrí a conciencia.

Dime, niña, ¿y todo esto qué más da? Dime qué es lo que vale la pena, por qué luchar o por qué perder algo más que la dignidad. Por qué humillarse, por qué olvidar el orgullo, por qué soñar.

Sé que dejar pasar el tiempo no es la mejor solución, a veces hay riesgos que valen la pena, aunque sea para no arrepentirse de haberlos corrido. Nunca me entenderás y nunca te entenderé yo a ti, pero eso no es porque seamos yo hombre y tú mujer, sino porque tú eres tú y yo soy yo.

Quizá que te recuerden es el mayor regalo que alguien te puede hacer, quizá es el tiempo que no se puede devolver a cambio de un "tiquet-regalo". En realidad, eso acaba por no importar tampoco, se olvida con el tiempo y la distancia.

Ya termina el verano y me vuelvo a marchar, planearme volver o no sigue siendo una opción y no una obligación y eso es lo que me preocupa. El no volver por miedo a lo que me pueda encontrar a la vuelta o por no querer afrontar reencontrarte, tenerte delante y seguir estando lejos. No tener nada más en común que la edad y el tiempo que ya pasó y no volverá. Eso es lo que de verdad importa.

P.S.:
Dicen que no te debe importar lo que piensen los demás, pero eso no es cierto. Te debe importar que piensen las personas a las que quieres, tus amigos, pero quiénes son ellos. Empiezo a pensar que tengo un concepto de amistad diferente al de los demás, quizá equivocado, quizá no.

03 agosto 2010

L'art de perdre

Hi ha tantes coses que semblen fetes per perdre-les, que la seva pérdua no es fa cap desgràcia. L'art de perdre no costa d'aprendre.

He perdut tantes coses...he perdut un país, un amic, un camí... I tant me fa, perque perdre és seguir endavant, no pas deixar enrere. Tots acabem oblidant el que vam perdre, segurament per força, però ho fem un dia o altre. No em fa res pensar-hi, no em fa res somiar-hi. Els records no són més que una part de nosaltres mateixos en un temps en que no erem nosaltres mateixos.

Sí, es cert que, de tant en tant, el que hem perdut torna al nostre cap entre la boira en forma de nostàlgia, és cert que tenim dies melancónics, tot i que si ens adonem que no signifiquen res més que el passat, llavors, ens ho prenem com un fet més en aquesta vida.

Hi ha tantes coses que semblen fetes per perdre-les, que la seva pérdua no hauria de fer-se cap desgràcia. L'art de perdre no costa dàprendre i el d'oblidar...qué dir d'oblidar! Que no s'aprén mai.

P.S: Sé que em contradic, però està fet expressament.

El noi de la boira.

27 julio 2010

Desde mi ventana

Me encantaría desde mi ventana ver el horizonte. Escuchar a lo lejos al mar escupir sobre la arena en un incesante burbujeo. No ver la luna, pero saber que está ahí por el reflejo de luces estelares sobre la oscuridad mecida por las aguas.

Y todo verlo al mismo tiempo, sentir la brisa susurrándome al oído, perdiéndome en un sosegado momento de paz. Ésa sería mi ventana y sólo mía, aunque parezca egoista, no la compartiría. El tiempo se detendría junto a mi pensamiento, dejando entre ellos un gran vacío que no llevara a ningún lugar mas que a aquél, el alféizar de mi ventana.

No sólo eso vería desde allí. Podría imaginarme en el eterno vaivén de aquellas aguas, esconderme en la silueta de las palmeras, dibujar flores en el mar para enviarlas a aquellos corazones que no pudieran mirar por mi ventana. Y todo ello en el instante que dura un parpadeo.

Por desgracia, mi habitación nunca tendrá ventana. En realidad, no veré más allá de sus blancas paredes. No pisaré la línea que traza el horizonte, ni siquiera con una mísera mirada. Pero a pesar de todo, no puede la nostalgia alcanzar aquello que nunca sucedió y, por eso no estaré triste por no hallar la ventana que vaga por los confines de mi locura. Y además, sé que cuando quiera podré, en mi pared, imaginarla.

05 julio 2010

Quizá es tarde para preguntarse cuándo dejaron de ser coherentes mis pensamientos y mis actos. Es posible que también empezara, entonces, a boicotearme indiscriminadamente con cada uno de mis movimientos. Puede que hubiera una acción detonante, y luego, simplemente, me limitara a ser consecuente con ésta, perdiéndome en una espiral de catastrófica desdicha.

Sé que ha estado en mis manos cambiarlo todo y volver a empezar, dejar de hacer el gilipollas, de marear la perdiz, y no he aprovechado las oportunidades que el tiempo o alguien me ha brindado. No imagino lo que haría sólo por tener otro crédito en esta partida, me agarraría a un clavo ardiendo y no lo soltaría hasta que estuviera todo resuelto. Lástima que me haya esforzado por cerrar todas las puertas de salida y el tiempo haya decidido dejar de esperarme.

Ojalá uno pudiera arrepentirse y solucionalo todo, ojalá todo lo que cuento fuera ficción, ojalá nunca hubiera estado confundido...Si todo fuera tan fácil como en las películas... un guión escrito en que las decisiones no cambiaran nada...

Ciao, ciao, hasta la próxima.

28 junio 2010

Próxima estación: el cementerio de palabras

Juegas con serpentinas plateadas,
que como gotas de lluvia
huyen del cielo atormentado.
Eres un rubí que se perdió en el tiempo
y vuelve por primavera.

Te callas los silencios
y devoras las palabras con cada sílaba.
Desde que te quiero eres perfecta,
con cada uno de los ínfimos detalles
que estropean el alma de cualquiera.

La tormenta arrecia,
el viento aúlla sombrío
arrastrando consigo hasta el camino.
A pesar de todo estás aquí, a mi lado.

Si me agarras con fuerza, no me sueltes.
Acurrúcate para salvar mi miedo.
No me dejes huir de nuevo,
igual que tú no huyes al oír rugir al cielo.

Te traeré de otros lugares miles de flores,
cestas llenas de besos rojos,
estrellas fugaces que apacigüen tus deseos
y amor, que es la mayor locura.

PS:

Aquí deja este loco sus palabras
esperando que algún día sean tuyas,
o sinó que el tiempo las diluya
y se pierdan de camino hacia el Averno,
donde está el cementerio de palabras.


And say me, what do you think about it? :)

13 junio 2010

Nada significa nada

¿Por qué nada siempre significa nada y todo nunca significa todo? Ya respondo yo, ya respondo yo: porque mentimos o exageramos. Y todos lo hacemos constantemente, es algo inherente al ser humano, a veces, incluso, lo hacemos sin siquiera darnos cuenta. Con estas que me percato de que ahora mismo lo estoy haciendo sólo por dignarme a escribir este texto. No tiene razón de ser, no debería existir y lo sé, y él también, pero divergencias en el camino me llevan a esribirlo, a escribir páginas y páginas de Algo sin sentido. (Y vuelvo a exagerar...)

¿Y qué es este Algo? Pues a veces lo es todo, y otras no es más que un gran nada escondido bajo mi cama.

¿Y qué es todo? ¡Qué no lo sé, cojones! Algunas veces es algo físico, otras ficticio o increible y, la mayoría es físico, ficticio e increible. Y de la unión de este Algo y los estados de ánimo, concretamente la esperanza, nace la utopía. En pocas palabras: cuando juntas en la misma frase ese Algo físico, ficticio e increible y la esperanza. Tanto Ulises como yo sabemos que esto no puede terminar bien, probablemente no llegue a buen puerto o se hunda por el camino.

¿Y el nada? ¡Nada siempre significa nada! (Excepto cuando estás dentro del agua...)

Bueno, el problema aparece cuando todo pasa a significar nada y viceversa en un eterno estado de rotación. Entonces, empiezas a perder la noción del tiempo y a olvidar el significado de las palabras. Y todo siempre es nada y nada puede que lo sea todo.

¿Y por qué nada siempre significa nada y todo nunca significa todo...?

06 junio 2010

Carta marinera

Me acordé de ti al no verte pasar cuando terminan todos esos cuentos de hadas que nunca leí, pero alguien me contó. Tampoco estabas de camino al puerto donde todos llegan y nadie se va, ni al despertar entre las sábanas de ayer, ni, seguramente, entre las de mañana.

Nunca te he visto, pero me acuerdo de ti cada vez que me acerco a la orilla del mar. Y paseo entre las olas galopando en ellas siguiendo el camino sinusoidal que nunca termina. Hace tiempo que no busco, siempre me encuentran a mí. Aunque nunca a ti, mujer sin rostro, sin silueta y ni siquiera alma que te ate al mundo terrenal.

Supongo que ya es hora de abandonar el camino y empezar a andar por los campos que nunca fueron pisados por el hombre. Olvidar todo lo que nunca he visto para hacer lugar a aquello que veré. No sé como funciona eso de buscar, pero en tierras desconocidas sé que encontraré. Por eso, al fin, dejo el hogar y me hago a la mar.

Navegaré al son de la lira que hizo todo arder, porque las llamas en el mar no saben que decir y a las sirenas les encanta la música que fue hecha para dioses. Así, si me pierdo, alguien oirá la melodía entre las olas y, como un mensaje en una botella, será mi rescate.Estoy seguro de que el mar nunca me devorará y algún día veré en el horizonte las tierras que hoy dejo atrás. También sé que ese día me inundará el gozo y la alegría. Me voy y regresaré.

Marinero errante

31 mayo 2010

Las cartas sobre la mesa

Estamos en una taberna orientada en el antiguo oeste americano. Vestimos revolver y sombrero, y nos deleitamos con la sensación que te queda después de haber tomado unos cuantos qüisquis. La mesa es redonda y nos acompañan los cuatro reyes más famosos de Francia con sus atavíos monárquicos y su corte al completo.

-Camarera, otro- dice una voz ebria que creo que es la mía.

Al cabo de cinco minutos se presenta ella con la botella y seis vasos. Deja los vasos sobre la mesa, los rellena y luego los reparte,como siempre, azarosamente. Antes de que vuelva a coger la botella yo me aferro a ella.

-No se la lleve, guapa.

-Entendido- responde ella sonriente, supongo que no debe estar acostumbrada a que le llamen guapa y no entiendo el porqué.

El rey de picas reparte las cartas violentamente como suele hacer. No le gusta lo que le ha tocado y decide retirarse a destruir ciudades con su ejército oscuro. Los demás seguimos jugando, sólo que ahora somos cinco.

Me levanto para estirar las piernas después de varias horas sentados y tambaleando me acerco al clavicordio. Me siento en el taburete y empiezo a tocar (taratara ta tara tan...). El rey de diamantes se levanta, invita a una ronda a todos los presentes y se marcha ya cansado de acumular ganancias. Quedeamos cuatro y media botella de güisqui escocés de 52 grados.

Hoy al rey de tréboles le ha abandonado la fortuna. Olvidó como se gana, como también olvidó el camino de vuelta a su castillo. Su reina decide que ya es suficiente por hoy, que el alcohol le sienta mal. Pide a dos de sus secuaces que le ayuden a levantar y que pidan una diligencia para volver al país de los leprechauns donde está su castillo de verano, con vistas al mar y todas esas pijerías que sólo se puede permitir un pequeño grupo de ciudadanos.

Y cada vez es más tarde y somos menos. El sol empieza a derramarse por el cielo empapado en gasolina y lo cubre de un color entre anaranjado y rojizo. Los caballos bostezan aburridos en la puerta mientras ven pasar bolas de heno danzando al son del viento que las guía. Seguimos ahí, cada vez más cansados de nuestros roles, de nuestras virtudes y los defectos de los demás.

El último rey de la baraja se levanta, cansado de tanto odio, saca el as de corazones de su manga y lo deja sobre la mesa. Se marcha sin decir nada, ni una sola palabra. ¿Somos para él desconocidos? La noche se lo lleva y nos deja sin ganas de hacer nada, sorprendidos y sin respuestas.

Fin

29 mayo 2010

De nuevo sumido en esa oscuridad que todo lo debora. Igual que intentó acabar con Fantasía ahora lo intenta conmigo. Por suerte, es un proceso rápido e indoloro, al menos físicamente. Empieza en lo más hondo de tu ser y te carcome por dentro hasta dejar sólo un cascarón vacío. Después de eso, a tu cuerpo solamente le queda la muerte y tú dejas de existir.

Siempre empieza destruyendo todo lo bello que hay en ti, todos los vínculos que te unen a los demás y al mundo. Luego, empieza a destrozar todo lo superfluo y lo negativo. Cuando termina ya no queda nada de ti, nada que pueda servir, te conviertes en un ser insensible e indiferente ante cualquier suceso que te rodee.

¿Y qué pasa con la esencia de la persona? Nadie lo sabe. Yo supongo que vuelve a los orígenes, al estado primario, al caos absoluto. Allí donde de la nada apareció todo, donde nace la energía. Bueno, es lo que creo.

24 mayo 2010

Harto de estar harto.
Harto de no decir lo que quiero por miedo a equivocarme.
Harto de quererla más de lo que quiero.
Harto de no saber.
Harto de imaginar.
Harto de saber lo que quiero.
Harto de no tenerlo.
Harto de no saber hablar.
Harto de querer olvidar y dejar todo pasar.
Harto de etc.

Y a pesar de estar harto me sigue encantando, igual que usar el verbo encantar cuando hablo de ella; la sigo queriendo más de lo que quiero, por que es así, y siempre como es; sigo sin saber por no preguntar; y sigo, sin poder,querer olvidar. Si no fuera como es, tanto cuando es blanca o cuando es negra... Además, no puede evitar ser preciosa...

Idiota.

Orgulloso de ser orgulloso

**Escrito hace una semana y media.

Vuelven a brotar las ideas. Ya sean tristes o alegres, vuelven a nacer, para morir aquí, entre estas líneas en tinta roja. Quizá algún día atraviesen la red y consigan que alguien sienta algo. No importa el qué, al final sólo quieres llegar a sentir, para, así, darte cuenta que sigues vivo y no eres otra pequeña parte del mobiliario.

Damas y caballeras les presento mi última actuación:


Tomás está en una sala de estar cualquiera de una residencia de estudiantes cualquiera, en una calle cualquiera de una ciudad cualquiera. Puestos a omitir lo irrelevante, no os diré que está ane un televisor, aunque sí contaré que la puerta sigue abierta. A veces es más fácil contarlo todo, así que volveré a empezar.

Y Tomás sigue ahí tumbado en una butaca de la sala de estar de una residencia de estudiantes que no es la suya. Tiene una pierna sobre el respaldo y la otra colgando por el reposabrazos, mientras su cabeza descansa en un cojín que ha improvisado con su sudadera. Está en frente al televisor, pero no lo mira, al menos no mira nada que pueda ver en él. Hace horas que observa los puntos grises, blancos y negros entrecruzarse en una interminable sinfonía. Parece que alguienolvidó este enero instalar un descodificador de TDT. Eso quizá influiría en que nadie se hubiera fijado en su presencia en aquel recóndito lugar, si no fuera por que hoy es el primer domingo de mayo, y Día de la Madre, y todos los estudiantes están en sus casas.

Ve sus ojos oscuros allá donde mira, que lo observan, que lo miran inquisitivamente como esperando a que haga algo. Entonces coge su teléfono y se queda mirando su nombre y el número que hay a continuación. Se ve tentado a llamarla. Apaga el movil. Esta vez no será. Y esta procesión se ha repetido cada cuarto de hora desde que se tumbó en esa butaca de esa sala de estar.

De súbito, su cuerpo se levanta ya cansado de los deseos de su mente. Empieza a dar vueltas a la habitación desorientado. Y así pasan las horas, o quizá unos pocos minutos...el tiempo es tan voluble. Entonces llega ella. Se detiene en el umbral de la puerta esperando a que él perciba su presencia. Lo mira sorprendida por su actuación, no entiende que hace en una residencia de estudiantes femenina ni como lo han dejado entrar. Él la ve y ella se decide a hablar.

-Hola Tomás- dice ella tímidamente.

-Hola Carla- responde el chico.

-¿Cómo estás? Hace dos semanas que no sé de ti.

-Ahh, bien. He estado ocupado, examenes y todo eso. Ya sabes...- respomde de improviso.

-¿Me has olvidado ya?

-Sí, por supuesto- dice él, orgulloso de su hazaña.

-Me alegro- suelta y rápidamente se girá y desaparece por donde a venido.

Se escuchan sollozos más allá de la puerta. En la sala de estar no se oye nada. Él llora en silencio, cree que así duele menos y sacia más. Él no sabe que hacer, lo intenta, pero no se le ocurre nada. Ella se ha hecho un ovillo y se ha escodido en un agujero debajo de las escaleras, ya sabe que no vale la pena pensar que debe hacer, llora sin más, sabe que no puede evitarlo. Pasan los minutos y todo sigue igual, él se ha sentado de nuevo en la butaca, con los codos sobre las rodillas y sujetando su cabeza entre las manos como un peso muerto. Ambos siguen llorando.

Nos dedicamos a complicarnos la vida a nosotros mismos. En realidad es todo tan fácil. La realidad supera a la ficción.

Él se levanta y se dirige en la misma dirección que Carla. Sigue oyendo sus sollozos, ahora un poco más calmados. Se limpia los ojos. Siente que el corazón le late rápido, tiene ganas de salir a dar un paseo y enseñar a todos lo grande y fuerte que es. Esta vez tampoco será, al menos para su corazón. Hoy no se va a pavonear delante de nadie. Siguiendo la respiración de Carla, Tomás se detiene al llegar a las escaleras. No la ve, pero sabe que anda por allí.

-¿Carla?

Se oye un sollozo algo alterado, está ahí, justo delante suyo, en la oscuridad. Se acerca despacio y sin hablar. Se sienta a su lado y la rodea entre sus brazos, le besa el pelo.

-Lo siento...- dice Tomás- Mentí, no te he olvidado, no puedo... Siempre estás ahí, en mi cabeza, mientras mi corazón suplica que te deje entrar. Lo siento...

Ahora la besa en la mejilla. Ya está más calmada. Apoya la cabeza en su hombro, se queda un raro parada y le besa debajo de la oreja.

-Gracias por venir- dice Carla.

-Gracias a ti por estar aquí.

Mayo 2010

22 mayo 2010

¿Dónde quedan esas calles?

*A esto se le llama escribir improvisadamente.( el arte de la improvisancia)

Dime, ¿dónde quedan esas calles de París? Hace tiempo que no existes, hace tiempo que no existo, pero siempre andamos dos. Y ahora te pregunto, dónde está el tiempo que perdimos, mientras pasaban las horas en algún lugar lejos de ahí. Sé que no responderás, que ya nos vimos pasar y las noches nos dejaron olvidar donde se encontraba el mar.

Dime, ¿por qué espero en Saint Dennis? Y paseo por las calles vacías buscando la sonrisa que te vi. Odio no entender por qué no entiendo nada. Supongo que será por no ver más allá de tu mirada.Ahora anhelo construir la fábrica de nubes que un día soñé. Para poder ver desde lo alto, desde allá donde todo es azul, y así poder hallar como encontrarte.

Vuelvo a estar donde pasan las horas, para buscar remedio a eso del tiempo. Y cuando lo repare volveré a andar por aquellos lugares que un día fueron nuestros. No te detengas a esperar, yo no descansaré, y así algún día, quizá, nos volvamos a ver pasar por una calle cualquiera, de una ciudad cualquiera y en un mundo que los dos hayamos tenido la suerte de haber imaginado.

10 mayo 2010

La ciudad arde

Llueven lágrimas en llamas que me calan de la cabeza a los pies. Primero eran pequeñas chispas doradas que alumbraban más que arder. El tiempo las convirtió al naranja y luego al rojo y al amarillo. Todo se convirtió en un infierno, mi pequeño infierno. Y tengo miedo. No del fuego, posiblemente del dolor o del silencio. Sí, todos esos silencios que me esperan. Si al menos los silencios significaran algo... Sólo un adiós al olvido, un sinfín de razones para echar de más o de menos. Ardo al fin. Nadie escucha mis aullidos de agonía . Todos arden. Todo arde. La ciudad se consume de dentro a fuera. Cenizas, lo devoran todo en una inmensa nube de polvo. Mmmm...polvo...

PS: No hablo de lo que pensáis.

04 mayo 2010

Sobredosis

Quizá no fuera tan desencaminado. Quizá el mundo aún tenga esperanzas. No sé, es posible, quién sabe. Y puede que yo también tenga esperanzas. No sé, es posible, quién sabe.¿Cómo que quién sabe? Si digo que hay esperanzas es que las hay, y punto en boca. No sé, es posible... ¿Quién sabe? Sí, eso es.

Se escucha un ruido a lo lejos. Es casi imperceptible, un murmullo. Incesante, insoportable, de un ser imfame, por supuesto. Aggghhhhh, es horripilante. Ve y mátalo, que no quede rastro de él ni de su insufrible rumor. Y antes de matarlo lo desnudará, lo mirará indefenso. Le obligará a tocarse, a mirarla, para finalmente acabar con él dando o muestra de toda crueldad.

Sobredosis. Al oir esta palabra todo el mundo piensa en medicamentos y drogas. Es lógico. Son temas que acongojan a cualquiera. Es sobrecogedor ver morir a gente de a penas treinta años. Buaahh, no lo entiendo. El tema es que tampoco quiero entender, hay cosas que es mejor no saber.

Bueno, esto es lo que se oye en mi cabeza...Y todo al mismo tiempo. :D

15 abril 2010

-¿Por qué lloras?- pregunta él.
-No sé...- responde ella entre sollozos.
-¿Cómo que no sabes?
-No sé...

Él le ofrece un kleenex.

-Gracias.- lo tira al suelo y sigue llorando.
-¿Pero...?
-¿De verdad... no sabes por qué lloro?- pregunta con voz entrecortada.
-Mmmm...No.
-Nunca me entenderás.

Ella se levanta y se marcha hacia la multitud para perderse en unos instantes por la plaza.

Uno menos y dos medios más. Todo son lamentos. El aire huele a miedo, a odio, a tristeza, aunque sobretodo a humedad. Odio recordar. Odio sentirme infeliz. Detesto verla pasar. Y su voz. No, su voz no, sólo sus palabras. Odio el día y la forma en que me di cuenta de que me había enamorado. Ahora estoy enfermo. Es una enfermedad con síntomas imprecisos. Diabólicos, para ser exacto. Ya no distingo hombre de demonio, ni ave de reptil, ni nada que los números no puedan predecir. Odio como me mira, y mirarla, tan lejos ella. Ya no puedo pisar los sitios que acostumbraba. Ya no. Doy vueltas y siempre estoy perdido, incluso antes de empezar a andar. Creo en el caos, lo que no sé es si él cree en mí.

08 abril 2010

Entre colillas

Ya es noche cerrada y la luna nueva brilla por su ausencia. A pesar del alumbrado, en la metrópolis se respira una atmósfera tétrica y sombría. Una neblina tenue recorre las avenidas, y por las calles sólo encuentras taxistas borrachos, infames y prostitutas.

Ahora ando por Provenza con dirección a las Ramblas buscando un último resquicio de vida. De vez en cuando, pasa algún coche deslumbrando mis pupilas dilatadas por la oscuridad. Se escuchan sirenas a lo lejos, ¿ a quién cojones le da por morirse a estas horas? Una lágrima pisa mi pie con tal vehemencia que parece de plomo. El otro se le acerca como intentando apartarla, pero no puede. Me quedo ahí palplantado, en medio de la acera, entre Aribau y las Ramblas, como un huérfano de casa bendecido con una pizca de pan.

Oigo una niña llorar en interminables sollozos. Su madre grita y luego también llora. Yo no hago nada. La madre, en su mejilla tiene un cardenal. Yo estoy tumbado en el suelo y las miro. La mitad de mi cara se baña en un charco eescarlata. Entre ellas y yo hay un cenicero hecho añicos también manchado de rojo. De pequeño me enseñaron que la violencia sólo engendraba más violencia, ¿por qué no lo aprendí?

Doy un paso más, pero mi cuerpo se siente muy pesado. Miro a mis pies y me doy cuenta que la lágrima que me cayó nunca fue una lágrima. Intento dar otro paso. Me siento mareado, lo veo todo borroso y me derrumbo sobre mis rodollas.

No pediré clemencia. No pediré perdón. Sé que no lo merezco. Ahora soy yo el que llora y nadie se da cuenta. Estoy enfermo. ¿Por qué a ella? ¿Por qué no se quejó? ¿Me temía? Definitivamente caigo al suelo. En mi rostro, la sancre se mezcla con las lágrimas y la suciedad en un tono oscuro. Malgasto mis últimos segundos de lucidez por miedo a recordar lo que veo. Al fin, abandono mi cuerpo y sigo mi camino por un sendero más liviano. Ya no encontraré ni un poco de vida, ya no.

La mitad de uno

Si yo fuera una mitad y mi otra mitad fuera la mitad de otra mitad, ¿qué mitad sería? Seguramente ese medio limón enmohecido que espera abandonado en la nevera a que alguien le de algún que otro uso. Pondría un anuncio en los clasificados," Medio limón busca media pera para amistad o lo que surja. Abstenerse con pH superior a ocho y medio". Pero las medias peras están muy solicitadas y suelen estar bien acompañadas. Nadie come sólo media pera teniéndola entera. Es posible que llamara media cebolla del sofrito de ayer o media manzana de la papilla del bebé, pero nunca media pera. Quizá una perita de San Juan fuera de temporada u otro medio limón igual que yo. Tampoco me importaría que llamara una lata de refresco de cola o de limón, aunque a mí el azúcar se me sube a la cabeza. En definitiva, todos sabemos que dos medios hacen uno y como no quiero llegar a ninguna parte, aquí termino.

26 marzo 2010

Midiendo la amargura

Pasaban las horas y los días de tal forma que, acostado en su lecho, ante una hoja clorada, sólo se distinguía alguna que otra tachadura. Perdió la noción del tiempo. Se preguntaba dónde estaba ella. Su musa. Nadie lo sabía, pero sabía que nadie nunca se lo diría ¿Talía?¡Talía!, él la buscaba. Bajo la cama, tras su ventana, en todos los cajones e, incluso, entre las páginas de todos y cada uno de sus libros. Nada, ella no estaba.

Nunca hubiera esperado eso de su más fiel compañera. Insistía gritando su nombre y ni un susurro respondía a su llamada. Se cuestionó si aguantaría mucho sin ella, ¿cómo subsistiría? ¿Las palabras volverían a fluir?, ¿sería otra vez mudo? En silencio sucumbía ante tan abrumadoras preguntas.

Dejaron de pasar días para empezar a pasar meses. sus interrogantes le hicieron rozar la locura con la llema de sus dedos. La genialidad que siempre le había acompañado era un recuerdo encuaderado en pulidas tapas de cuero. Encontró otro empleo como periodista en un periódico de terdera. Su trabajo no le era gratificante, pero le daba para pagar las facturas. Escribía sobre los quehaceres de los habitantes de un pequeño pueblo de la antigua castilla al cual siempre le había honrado pertenecer. Empezó a beber sin límite ni sobriedad.. Por las noches, se acomodaba tambaleándose en su escritorio a la luz de un candil e intentaba producir algo que tuviera un sentido. Solía despertar sobre folios empapados en tinta, un tintero derramado a su vera y la mejilla ennegrecida. Nada, sólo encontraba monotonía y soledad, ambas empapadas en un gran charco de alcohol.

Una mañana, al despertar entre tinta y tintero, descubrió ante el espejo unas palabras tatuadas en su rostro. Sorprendido, con un incipiente dolor de cabeza, intentó descifrarlas. Las letras estaban corridas y algunas borradas, pero logró descubrir una frase encriptada: "Ahora bebo café sin azúcar". Parecía un fragmento sin sentido de un todo completamente absurdo, pero, no obstante, se enfrascó en el fin de hallar las palabras que había escrito en estado de embriaguez. No se le ocurría nada y decidió dedicarse a su trabajo. Tampoco. Llegando el ocaso, ojeando lo que no había hehco en todo el día, se derrumbó. Cayó en el sofá con su botella de güisqui y empezó a beber como un poseso. Al rato se le nublaba la vista, pero no conseguía ddesligarse de los problemas que le abordaban. Se levantó y volvió a su escritorio y murmuró, " No hay nada más amargo que yo...", después suspiró.

No se daría cuenta hasta la mañana siguiente que había resuelto el acertijo que le había consumido la mayor parte del tiempo del día anterior. Entonces, en un segundo de iluminación la escribió entera. "Ahora bebo café sin azúcar para demostrarme que hay algo más amargo que yo." Abrió los ojos y se dio cuenta que lo había tenido siempre ante sus narices. Se acercó a su escritorio, vació toda la mesa de los borradores con olor a alcohol y empezó a escribir su próximo artículo.

Éste se tituló midiendo la amargura y lo acabáis de leer. No sé qué le hizo recuperar la fuerza, la esperanza y las ganas de escribir, pero el tiempo le dio una lección, él la comprendió y va la vida. El escritor publicó otro libro más, aunque fue el último. Murió joven a los cuarenta y seis años de edad a causa de un tumor hepático.

P.S.: Si me he dejado la mitad de letras es culpa del teclado...

12 marzo 2010

Rompecabezas

Es un gran rompecabezs sin terminar. A quienes reparte las piezas ven sólo lo que que quieren ver, ya sea el dibujo o la parte trasera de las mismas. Nadie sabe ni por qué ni para qué ha recibido esa pequeña parte de un todo y recae en su mano que hacer con tal ofrenda.

Muchos de estos abandonan a su suerte el regalo recibido y siguen su camino. Otros tantos lo guardan en una caja oscura como recuerdo. Y los más valientes intentan recomponer las partes recibidas. Lo que no saben es que no sirve de nada. Que ninguna de sus piezas va a encajar.

Estos últimos lo intentan y lo vuelven a intentar, pero no hay forma de hallar los entresijos de este gran rompecabezas. Lo único que obtienen por su esfuerzo es una gran decepción que con el tiempo les hace sentir más y más vacíos. Todos ellos, al final, se consumen en un melancólico dolor. "No pude.", dicen para si mismos al mismo tiempo que su rostro se convierte en una expresión de tristeza absoluta. Entonces abandonan sus piezas y se despiden: "adiós", "hasta luego", "hasta otra"...

Supongo que algún día alguien se dedicará a recoger todas las piezas repartidas por el mundo y conseguirá encajar alguna de ellas. Si es así, quizá todo el esfuerzo no habrá sido en vano. Quizá todo acabe bien. Si llega ese día todos lo sabremos.

P.S.: ¿Alguien sabe de qué hablo?

10 marzo 2010

Frío

¿A esto lo llaman frío?
Es la ausencia de tu voz,
es el vacío;
es espada en vez de flor
en el camino.
Ahí donde la hermosura es sol
tras el caos.
Guirnaldas blancas en las carenas
brillan al acecho de la luz,
(decían) lo bello es bello.
¿Y a esto lo llamáis frío?
Allá lejos, donde aguarda el corazón
bajo el rocío,
este calor es llama ardiente
y yo su frío.

Rima IV- Gustavo Adolfo Becquer


No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas;
pero siempre habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

12 febrero 2010

Sobre preguntas y respuestas

Te preguntas cuál va a ser su reacción, su próxima acción, qué piensa, qué olvida...Te preguntas por qué y nadie te responde. Nunca nadie lo hace. En todas partes encuentras un interrogante que aguarda hasta tu llegada para mostrarse y robarte un poco más de la cordura que te queda. Puedes ponerte a indagar, pero eso sólo empeora las cosas. Esperas a que el tiempo averigüe por ti.

A veces las respuestas te hacen soñar, otras te dejan en un embotado estado de indiferencia y las últimas, pero no por eso menos divertidas, no las escuchas por que ya sabes que no te van a gustar. Es como apostar en la ruleta, nunca sabes lo que puede pasar, pero siempre que será lo más probable. Y por eso, sientes que el vaso se vacía y se llena cada cinco minutos, pareces afectado por un transtorno apolar transitorio.

Al final dejas de escuchar, de mirar, de hablar, de tocar, te giras y das marcha atrás reculando hacia algún lugar a cobijo del viento. No tardas mucho en darte cuenta que no sirve de nada. Las preguntas te siguen persiguiendo, las respuestas se asoman por las ventanas para huir en cuanto te ven acercarte. Es así... Entonces, acabas tumbado en el sofá con cara de idiota, sin percatarte de nada alrededor, imperturbable, imbécil al fin y al cabo.

04 febrero 2010

Sobre las hadas

-¡¡¡Papá, papá, papá!!!- dice Raúl mientras estira de la manga sin abotonar de la camisa de su padre.
-¿Qué pasa hijo?
-¿Las hadas existen?- pregunta entusiasmado.
-¿Por qué lo preguntas?- dice su padre sorprendido.
-Cristina dice que es una hada.
-¿Y quién es Cristina?
-Una amiga del colegio con la que juego en el parque.
-Entonces, Raúl, ¿cómo son las hadas?
-Mmm...son muy bonitas papá.
-Sí, sí que existen las hadas hijo- responde finalmente con una sonrisa.
-¿Mamá también es una hada?
-Sí, lo es.
-¿Puedo ir a jugar al parque?
-Sí, pero no cruces la calle sin mirar.

Raúl sale corriendo de la habitación y se va a jugar al parque.

25 enero 2010

Las 3 estaciones

Caí al suelo
atravesando el cielo
entre nubes, estrellas
y besos veraniegos.
Después llegó otoño.
se llevó el calor
y el viento me arrastró
a lugares oscuros.
Desperté en invierno
y aún sigo aturdido.
¡Las luces del camino
hoy me dan miedo!
Otra vez en Bermudas,
de nuevo a la deriva,
el tiempo vuela
y yo ando despacio.
Me pierdo entre egos,
sólo escucho el eco
de una voz lejana:
"¡La perla es mía!"- grita
y me sirve un café.
Me resigno a escuchar
entre cuento y cuento:
"Todo o nada
nunca es suficiente,
nunca está de más
cuando no estás
echarte de menos..."

19 enero 2010

-Fin.
-¿Tan pronto te das por vencido?-preguntó Hellen.

Otra pregunta sin respuesta más acumulada en su corta existencia. Una de tantas. Me marché sin girarme. No debía hacerlo, no podía. En cambio, la observaba ahí, reflejada en los escaparates, estática, como una escultura de mármol recién tallada. Ésa sería mi estatua, ella, cabizbaja una noche de abril, mi último recuerdo.

Estaba triste. Bueno, los dos lo estábamos, pero todo había sido mi culpa. Ella era tan joven... Ella era la reina de la oscuridad, yo un simple villano. Nada debía haber sucedido y lo sabíamos. No había más remedio, tenía que irme y ella debía quedarse. Una salida triunfal por la puerta trasera de su vida. Como siempre, todo tan... ¿poco iluminado? Da igual, me limitaré a decir que fue así, no se puede volver atrás.

Hellen sólo llenaría un par de cubos de lágrimas, lo demás lo haría el tiempo. Seguramente me olvidaría pronto, y yo no a ella. Con un poco de suerte, en pocas semanas volvería a escuchar a esos chiquillos que siempre la rondaban. Volvería a reir a carcajadas y me reservaría un minúsculo espacio en su corazón para cuando la soledad la atormentara, que, teniendo su belleza, sucedería pocas veces.

El alma es tan voluble que me asombro sólo de pensarlo. Quién fuera joven ahora, después de tantos años. Sí, lector, acabo de sonreir y estoy orgulloso de ello. Quizá ha sido algo un tanto melancólico, pero eso es lo de menos. Y lo volví a hacer. Éste es el final del final de mi historia, donde, como siempre, todos somos felices y comemos perdices.

14 enero 2010

11 A.M.

Algunos días terminan cuando te vas a dormir y otros cuando te levantas. Esta noche terminó a la once de la mañana y ya no recuerdo si dormía o despertaba. En cualquiera de los casos, sé que hablé con mi reflejo en el espejo. Le pregunté si algo más podía ir mal y me respondió, no muy convencido, encogiéndose de hombros.

Bostezo y me doy cuenta de nuevo de que ya termina el día. Mañana, o posiblemente esta tarde, será otro día. No creo que sucedan muchas cosas emocionantes, pero, al fin y al cabo, el único que nunca espera es siempre el tiempo.

Buenos días y que durmáis bien.

P.S.: Me quedé dormido encima de la libreta...

10 enero 2010

Encerrado en una habitación sin puertas ni ventanas, oscuramente lapidado. Sigue intentando cantar sin tener voz, llorar lágrimas que ya se secaron y, se le escapa el aliento con cada verso mudo que le deshojó y le abandonó desamparado. Anhela el tiempo que pasa y él no atrapa, todos aquellos que cogió entre sus brazos y no están, el ruido, las palabras, las voces... todo lo que fue y que ahora no es nada, lo palpable, lo etéreo...

Y sueña, no sabe si de noche o de día, pero sueña. Su imaginación le lleva al pasado y, nostálgico, recuerda cada día en un segundo, repite cada rima, la mira y la mima, o eso hacía cuando la libertad era su costumbre.

La locura es su única compañía entre estas cuatro paredes de hormigón que le aislan de todo lo que quiere y no tiene. Ya no siente, él es el frío, sólo la muerte le hiela acechando en las sombras. Si fuera joven atravesaría el muro que le mantiene en su presidio sin pestañear, pero está cansado. La vida le dejó exhausto y apoltronado en una esquina de este cuadrilátero espera alcanzar su sino, el único al que está condenado como todo ser con cuerpo y alma. Así, entre metáforas acongojadas, un viejo trobador muere.

04 enero 2010

Una de tantas despedidas

No sé que decir sin saber entender que me despido. Sí, de esos días en que todo era luz u oscuridad, una vida en fotografías blanco y negro o sepia.

Definitivamente, ya no sé escribir, nací sin saber hablar y olvide como decir que no sé... y sigo sin saber. Soy un desastre incomprensiblemente estresante y desespero sin poder expresarme. Lamentable...

Y decido, decidido a no decir nada, que me pierdo en este laberinto de palabras. Solía tergiversar cada momento a mi antojo con sólo un movimiento de esta mano, a la que suelo llamar Derecha. Normalmente era así, pero hoy no me obedece. Describe lo que quiere a su gusto ejerciendo así su libre albedrío.

Ya he perdido el entendimiento que nunca tuve, eso sí que lo sé. Quizá sea lo único que sepa, algo es algo. Aiiis... a veces me doy miedo, otras lo tengo y no comprendo por qué miento. E invento un mundo, no, un universo completamente ageno a lo que es cierto. Entonces, la realidad me supera y no existo y, por eso, hoy me despido.