27 julio 2010

Desde mi ventana

Me encantaría desde mi ventana ver el horizonte. Escuchar a lo lejos al mar escupir sobre la arena en un incesante burbujeo. No ver la luna, pero saber que está ahí por el reflejo de luces estelares sobre la oscuridad mecida por las aguas.

Y todo verlo al mismo tiempo, sentir la brisa susurrándome al oído, perdiéndome en un sosegado momento de paz. Ésa sería mi ventana y sólo mía, aunque parezca egoista, no la compartiría. El tiempo se detendría junto a mi pensamiento, dejando entre ellos un gran vacío que no llevara a ningún lugar mas que a aquél, el alféizar de mi ventana.

No sólo eso vería desde allí. Podría imaginarme en el eterno vaivén de aquellas aguas, esconderme en la silueta de las palmeras, dibujar flores en el mar para enviarlas a aquellos corazones que no pudieran mirar por mi ventana. Y todo ello en el instante que dura un parpadeo.

Por desgracia, mi habitación nunca tendrá ventana. En realidad, no veré más allá de sus blancas paredes. No pisaré la línea que traza el horizonte, ni siquiera con una mísera mirada. Pero a pesar de todo, no puede la nostalgia alcanzar aquello que nunca sucedió y, por eso no estaré triste por no hallar la ventana que vaga por los confines de mi locura. Y además, sé que cuando quiera podré, en mi pared, imaginarla.

05 julio 2010

Quizá es tarde para preguntarse cuándo dejaron de ser coherentes mis pensamientos y mis actos. Es posible que también empezara, entonces, a boicotearme indiscriminadamente con cada uno de mis movimientos. Puede que hubiera una acción detonante, y luego, simplemente, me limitara a ser consecuente con ésta, perdiéndome en una espiral de catastrófica desdicha.

Sé que ha estado en mis manos cambiarlo todo y volver a empezar, dejar de hacer el gilipollas, de marear la perdiz, y no he aprovechado las oportunidades que el tiempo o alguien me ha brindado. No imagino lo que haría sólo por tener otro crédito en esta partida, me agarraría a un clavo ardiendo y no lo soltaría hasta que estuviera todo resuelto. Lástima que me haya esforzado por cerrar todas las puertas de salida y el tiempo haya decidido dejar de esperarme.

Ojalá uno pudiera arrepentirse y solucionalo todo, ojalá todo lo que cuento fuera ficción, ojalá nunca hubiera estado confundido...Si todo fuera tan fácil como en las películas... un guión escrito en que las decisiones no cambiaran nada...

Ciao, ciao, hasta la próxima.