Llueven lágrimas en llamas que me calan de la cabeza a los pies. Primero eran pequeñas chispas doradas que alumbraban más que arder. El tiempo las convirtió al naranja y luego al rojo y al amarillo. Todo se convirtió en un infierno, mi pequeño infierno. Y tengo miedo. No del fuego, posiblemente del dolor o del silencio. Sí, todos esos silencios que me esperan. Si al menos los silencios significaran algo... Sólo un adiós al olvido, un sinfín de razones para echar de más o de menos. Ardo al fin. Nadie escucha mis aullidos de agonía . Todos arden. Todo arde. La ciudad se consume de dentro a fuera. Cenizas, lo devoran todo en una inmensa nube de polvo. Mmmm...polvo...
PS: No hablo de lo que pensáis.
10 mayo 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
jajajjajaa me ha encantado la postdata... si T_T yo tmb creía que hablabas de eso... me has pillado de lleno xD! Y em he quedado tan pillada que ns k comentarte :( ju!
ResponderEliminarBueno... siempre habrá alguien que te tienda la mano xa salir dl infierno ^^
*Alba rubia
Olé, Olmos... sólo cometes un pequeño fallo: no hay pequeños infiernos, hay la vida!
ResponderEliminarCreo que te gustará:
ResponderEliminarhttp://librosy3.blogspot.com/p/apatica-en-catre-forastero.html