29 mayo 2010

De nuevo sumido en esa oscuridad que todo lo debora. Igual que intentó acabar con Fantasía ahora lo intenta conmigo. Por suerte, es un proceso rápido e indoloro, al menos físicamente. Empieza en lo más hondo de tu ser y te carcome por dentro hasta dejar sólo un cascarón vacío. Después de eso, a tu cuerpo solamente le queda la muerte y tú dejas de existir.

Siempre empieza destruyendo todo lo bello que hay en ti, todos los vínculos que te unen a los demás y al mundo. Luego, empieza a destrozar todo lo superfluo y lo negativo. Cuando termina ya no queda nada de ti, nada que pueda servir, te conviertes en un ser insensible e indiferente ante cualquier suceso que te rodee.

¿Y qué pasa con la esencia de la persona? Nadie lo sabe. Yo supongo que vuelve a los orígenes, al estado primario, al caos absoluto. Allí donde de la nada apareció todo, donde nace la energía. Bueno, es lo que creo.

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